¡Bienvenido a mi cocina!


¡Bienvenido a mi cocina...!

Adelante, ¿puedes oler ya la masa recién horneada? Pasa, pasa...







sábado, 25 de mayo de 2013

MAGDALENAS DE CHOCOLATE CON NARANJA



Hoy vuelvo con unas magdalenas deliciosas, con una receta que tiene el éxito garantizado, como todas las de Xavier Barriga. Se trata de unas magdalenas con pepitas de chocolate y naranja confitada, dos sabores que combinan a la perfección en una receta exquisita.

INGREDIENTES:

  • 125 g de huevo (2 grandes)
  • 175 g de azúcar
  • 60 ml de leche
  • 190 ml de aceite de oliva suave
  • 210 g de harina
  • 7 g de levadura química
  • una pizca de sal
  • 50 g de cáscara de naranja confitada
  • 100 g de gotas de chocolate.
  • 1 cucharadita de jengibre en polvo.


  • PREPARACIÓN:

    En primer lugar elaboro la naranja confitada cortando 50 g de la piel de una naranja en trocitos muy pequeños, y añadiéndole 60 g de azúcar y 60 ml de agua. Se pone al fuego hasta conseguir el punto de almíbar de hebra floja. Dejar escurrir y reservar.

    Batir los huevos con el azúcar hasta que adquieran una consistencia blanquecina. Añadir entonces el aceite poco a poco y sin dejar de batir. Añadir después la leche, batiendo a baja velocidad. Cuando esté todo bien incorporado, ir añadiendo poco a poco la harina que habremos mezclado previamente con la levadura y la sal. Batir hasta conseguir una mezcla homogénea.
    Añadir entonces la naranja confitada y unos 80 g de gotas de chocolate, reservar los otros 20 g para decorar.
    Meter en la nevera una hora como mínimo, ideal dejar pasar unas cuantas, e incluso una noche entera.
    Precalentar el horno a 250 º C. Llenar los moldes con un poco más de 2/3 de su capacidad y repartir por encima las gotas de chocolate reservadas. Hornear a 210º durante aproximadamente 15-18 minutos, calor arriba y abajo. Sacar del horno y dejar enfriar sobre una rejilla.
    La presentación es espectacular, y el sabor... ¡qué sabor!




    miércoles, 8 de agosto de 2012

    BARQUILLOS CLÁSICOS

    ¡Hola de nuevo!

    Han sido muchos meses los que he pasado sin escribir ninguna entrada, pero mi afán por superarme cada día en la panadería y repostería se ha mantenido vivo.
    Me ha dado tiempo a volver a ser madre, a trasladarme de lugar de trabajo y hasta de vivienda. A partir de ahora, intentaré volver con nuevas recetas y consejos para aquellos que deseen seguirme.
    La receta de hoy es tan fácil como rápida, y muy apropiada para esta época del año. Se trata de los típicos barquillos para helados. Sorprenderán a más de uno, y ya verás lo rápido que desaparecen de la mesa. También se pueden hacer con forma cilíndrica y bañarlos en chocolate. ¡Eso ya depende de la imaginación de cada uno! Aunque no es imprescindible, yo los elaboro con una máquina que compré (¡cómo no!) en Lidl.




    También se pueden hacer en el horno, pero no es lo más apropiado para el verano. En cambio, en la máquina están listos en dos o tres minutos...
    Acompañados de un rico helado casero (me comprometo a poner la receta un día de éstos) harán las delicias de grandes y pequeños. ¡Allá vamos, a refrescarnos!

    INGREDIENTES:


    -125 g de azúcar
    - 60 g de mantequilla
    - 1 huevo
    - 125 ml de agua caliente
    - 125 g de harina
    - 1 cucharada de azúcar vainillado




    PREPARACIÓN:

    Poner todos los ingredientes en un vaso para la batidora y batirlos hasta que la mezcla sea homogénea.
    Calentar la barquillera e ir echando parte de la mezcla con ayuda de una cucharilla. Dejar 2 ó 3 minutos, hasta que estén dorados.
    Darles forma con ayuda de un cono metálico o de plástico (normalmente estas máquinas llevan uno). Esto ha de realizarse con la mayor rapidez posible, porque la masa se endurece rápidamente, en cuestión de segundos, y conserva la forma que se la haya dado.

    Para elaborar las tulipas, yo utilizo un vaso de plástico pequeño:


    Lo pongo en el centro y le doy forma con los dedos. Es muy sencillo.

    ¡Y aquí tenéis el resultado con un helado de chocolate casero! ¡Buen provecho y hasta la próxima!

    domingo, 19 de junio de 2011

    PAN DE MOLDE INTEGRAL CON SEMILLAS







    Hoy de nuevo traigo una receta de pan, lo que más me gusta preparar. A mi familia también le gusta...¡acabo de prepararlo, he ido a buscar la cámara y casi está acabado!
    Como vivimos en la era de las dietas y los buenos tránsitos intestinales, aquí os presento un pan de molde con semillas, que por su gran contenido en fibra (lleva además salvado de trigo y de avena) es adecuado tanto para una cosa como para la otra. Las semillas son opcionales, el pan está igual de rico sin ellas, pero personalmente me gusta el toque que le aportan. Los salvados también son prescindibles, pero en realidad cambiarían las proporciones de líquidos y harina, habría que añadir un poco más de ésta última. El tamaño es el mismo que para el pan de molde normal, está hecho en el mismo recipiente. Eso sí, al ser una harina integral, el proceso de levado debe ser mayor. Esto se solventa añadiendo a la harina un poco de gluten de trigo(de venta en herbolarios, al igual que los salvados y las semillas). Yo ya no sé vivir sin él. Espero que os guste.

    INGREDIENTES:
    - 180 g de leche
    - 150 g de agua tibia
    - 2 cucharadas soperas de azúcar moreno
    - 1 cucharada sopera de sirope de maíz (ó miel, ya sabéis)
    - 15 g de aceite de oliva
    - 450 g de harina integral de trigo
    - 1 1/2 cucharadita de café de sal
    - 15 g de gluten de trigo
    - 15 g de salvado de trigo
    - 15 g de salvado de avena
    - 1 sobre de levadura de panadería en polvo ó bien un cubito de levadura fresca.
    - 1 cucharadita de café de semillas de sésamo
    - 1 cucharadita de café de semillas de lino
    - 1 cucharadita de semillas de mijo
    - 1 cucharadita de semillas de amapola
    Podéis añadirle también semillas de Alcaravea. Personalmente no me gusta el sabor anisado que le aportan al pan, pero para gustos, colores. Es otra opción.

    PREPARACIÓN

    Lo primero que hay que hacer es tostar las semillas. Para ello ponerlas en una sartén, a fuego vivo y sin nada de aceite. Es recomendable ponerles una tapa porque saltan un poquito. Su aroma a tostado es una maravilla. Os daréis cuenta enseguida cuando están listas(cuestión de pocos minutos), porque toman un color precioso y el olor...¡hum! Cuando estén preparadas, apartar del fuego y dejar enfriar.
    Mezclar en un bol la harina y el gluten con la levadura, ya sea en polvo o fresca. Hacer un hueco en el centro e introducir en él los líquidos, mejor a temperatura ambiente. Remover de fuera hacia dentro hasta conseguir una textura homogénea. Añadir entonces los salvados de trigo y avena. Volver a remover hasta que estén totalmente incorporados a la mezcla. En ese momento añadir la miel, el azúcar y por último la sal. Amasar aún dentro del bol hasta conseguir ligar bien los ingredientes a la mezcla. Cuando la masa se separe bien de las paredes del bol, espolvorear con harina una superficie de trabajo dura y trabajar la masa durante 5 minutos más.
    Esparcir las semillas sobre la superficie de trabajo e ir poniendo la  masa sobre ellas, a la vez que se amasa, para incorporarlas bien.
    Devolver la masa de nuevo al bol y tapar con un paño de lino humedecido con agua (también es útil el film transparente untado con un poco de aceite de oliva). Dejar reposar la masa al menos una hora, o hasta que doble su volumen en el lugar más calido de la cocina, alejado de corrientes de aire. Cuanto mayor sea la temperatura, antes se producirá la fermentación del pan.
    Pasado ese tiempo, desgasificar la masa apretándola con el puño y doblarla por la mitad sobre sí misma. Introducirla en un molde especial para pan previamente pintado con aceite de oliva ó mantequilla (si no es antiadherente) y ponerle la tapa, si se desea una rebanada de pan de molde cuadrada, o dejarlo sin tapar si se desea que una de  las partes sea redondeada (yo siempre lo hago así). Cubrir de nuevo con el paño de lino o el film transparente y dejar reposar durante otros 45 minutos.
    Poner a calentar el horno a 250 grados.
    Al finalizar el tiempo de levado, la masa habrá superado el borde del molde si éste quedó destapado, o bien habrá alcanzado la tapa si la tenía puesta.
    Introducir la masa en el horno, encima de una bandeja situada en la parte baja (no directamente en el suelo).
    Bajar la temperatura a 180 grados. NO ABRIR EL HORNO DURANTE LOS PRIMEROS 30 MINUTOS ó todo lo que el pan se había hinchado, se deshinchará en un momento por el cambio brusco de temperatura.
    Hornear durante 50 minutos aproximadamente, dependiendo del tipo de horno. Quizás necesite un poco más de tiempo, raro será que necesite menos.
    Trascurrido el tiempo, sacar del horno, desmoldar inmediatamente con muchísimo cuidado de no quemarnos, y dejar enfriar sobre una rejilla, tapado con un paño limpio y seco. No cortar hasta que no esté frío por completo.
    Conservar envuelto en un paño metido en un recipiente hermético ó bolsa de plástico. Aguanta tierno 4 ó 5 días, tostado se puede comer hasta una semana después.
    ¡Hasta la próxima!

    martes, 24 de mayo de 2011

    Baguettes


    Hoy os traigo una receta que elaboro en casa al menos una vez a la semana. Se trata de las clásicas baguettes, al más puro estilo francés. Barras de pan finas y alargadas, de miga suave y corteza crujiente. La receta original es la simple mezcla de harina, agua, sal y levadura. Si además le ponéis un poco de masa madre (ya subiré un post con la elaboración) el resultado es espectacular. Soy consciente de que es muy difícil explicar en unas pocas líneas el proceso tan complejo de la realización del pan, pero lo intentaré. A lo largo de los años he logrado conseguir unos cuantos "instrumentos" que me parecen fundamentales para que el proceso sea un éxito. Pero cuando empecé, tan sólo tenía un horno casero y mis manos. Y me salía el pan igual de rico (aunque con más trabajo, eso sí).Espero que os guste la receta tanto como a mí.


    INGREDIENTES:

    500 g de harina blanca de fuerza (yo compro la de Mercadona)
    300 ml de agua
    1 1/2 cucharadas de café de sal fina
    1 sobre de levadura seca de panadería, un cubito de levadura fresca ó bien 200 g de masa madre.
    Un poco de sémola para espolvorear

    PREPARACIÓN:

    Mezclar en un bol grande todos los ingredientes y mezclar con las manos hasta obtener una masa ligera y pegajosa.
    Untar un poco de aceite en una superficie lisa y amasar hasta lograr cambiar la consistencia de la masa. Ésta deberá dejar de pegarse a tus manos. Tras 5 minutos de amasado, déjala descansar durante al menos 15 minutos cubierta con un paño de lino húmedo. Pasado este tiempo vuelve a amasar durante 5 minutos más. La masa debe tener una textura fina y suave cuando la estires entre tus manos. Si ves que al estirarla se rompe, aún no está preparada. Déjala descansar de nuevo para repetir más tarde el amasado. Cuando la masa tenga la textura que deseamos, introdúcela de nuevo al bol, cúbrela con un paño húmedo y déjala reposar en el lugar más cálido de la cocina durante al menos una hora. Si en vez de utilizar levadura utilizas masa madre, el levado deberá ser de al menos tres horas.
    Enharina la superficie de trabajo y vuelca la masa sobre ella. Hazlo con cuidado para no romper las fibras de gluten que se habrán formado. Ayúdate de una cuchara de silicona o en su defecto de madera para separar la masa de las paredes del bol.
    Trabaja la masa de manera suave durante unos pocos segundos. Se trata de que no se pierda la mayor parte del aire que tiene en su interior. Corta la masa en 4 partes iguales con la ayuda de un cuchillo muy afilado. Forma una barra con cada porción de la siguiente manera:
    Toma una porción y forma con ella una bola. Aplástala suavemente sobre la mesa de trabajo. Ahora imagina que la pieza tiene cuatro lados curvos. Toma los dos lados más alejados de tí y pliégalos hacia el centro presionando para que queden sellados. Coge ahora la punta que ha resultado de los pliegues anteriores y pliégala hacia el centro presionando también. Gira la masa 180 grados y repite la operación.Para finalizar, haz rodar la masa hacia adelante y hacia atrás, dándole la forma alargada característica. Haz más presión en los extremos y de esta manera te quedarán las puntas más finas que el resto.
    Coloca las piezas sobre un molde para baguettes engrasado (yo tengo uno de silicona que no necesita ser engrasado) ó sobre un paño bien enharinado, separadas por pliegues del mismo. Esto es, baguette, pliegue, baguette, pliegue, para que durante el levado no se adhieran entre sí. Cúbrelas con un paño húmedo (lo de mantener la humedad de la masa es algo fundamental para obtener un buen resultado) y déjalas levar durante una hora ó hasta que hayan doblado su volumen.
















    Precalienta el horno a 250º C e introduce en él una bandeja ó similar lleno de agua para conseguir un efecto de vapor que será lo que haga que la corteza sea crujiente.
    Espolvorea con harina las baguettes y realiza unos cortes longitudinales en cada pieza antes de introducirlos al horno.
    Si tienes las baguettes en un molde, introdúcelo tal cual en el horno, en la parte baja, pero no en el suelo.
    Si las tienes en un paño, pásalas con mucho cuidado a una pala de madera o similar, espolvoreada con sémola, para que la pieza se deslice bien y no se quede pegada a la madera. Coloca las 4 piezas sobre la bandeja del horno, o sobre una piedra de hornear que esté previamente precalentada en él. Yo utilizo una piedra de cerámica. Es una forma de asegurar que la base del pan queda bien hecha. Si no la tienes, deberás darle la vuelta a las baguettes transcurridos los primeros 45 minutos. Ten mucho cuidado cuando abras el horno, pues el golpe de vapor es muy fuerte.
    Tras introducir las baguettes, baja la temperatura del horno a 180 º y hornea durante una hora aproximadamente, ya sabes, sin abrir el horno al menos durante la primera media hora.
    Deja enfriar las baguettes sobre una rejilla y ... ¡voilà! Ya tienes tus propias baguettes. ¡Qué aproveche!

    viernes, 20 de mayo de 2011

    MINI DONUTS DE JAMÓN Y QUESO


     





    Estos mini donuts serán una sorpresa para tus invitados. Su textura suave y su sabor dejarán sin palabras a más de uno. Eso sí, lo ideal es tener la máquina para hacerlos. Yo la compré en el Lidl por poco menos de 6 euros, y lo más importante es que ahorra mucho tiempo, puesto que los "hornea" en tan sólo 3 minutos. Si no la tienes, utiliza un molde antiadherente para magdalenas o similar y mételos al horno. Supongo que el tiempo no variará mucho, pero realmente nunca los he hecho de ese modo. Pero todo es cuestión de probar... Para las medidas, utiliza un vaso de los de agua. No falla nunca.

    INGREDIENTES:

    1 1/2 vaso de harina,
    1/4 de vaso de azúcar,
    1 1/2 cucharada de café de levadura química, tipo Royal,
    1/2 cucharada de café de sal,
    100 g de mantequilla,
    1 huevo,
    1/2 vaso de leche a temperatura ambiente ,
    1/2 vaso de queso rallado, del que se utiliza para la pizza,
    1/2 vaso de jamón serrano en trocitos


    PREPARACIÓN

    Mezclar todos los ingredientes en un bol. La masa resultante será muy cremosa, imposible de manipular con las manos. Rellenar con ella los orificios de la máquina o unos moldes engrasados. Meter al horno precalentado a unos 180 º hasta que estén dorados.



    KANELBULLAR


    Desde la primera vez que viajé a Estocolmo, quedé enamorada de estos bollos típicos de canela. La masa que se obtiene de la mezcla de ingredientes es una gozada, y el sabor inigualable. La receta es de un libro que compré en mi última visita, "Clásicos de la cocina sueca", en español, por supuesto.Os invito a que la probéis, no os arrepentiréis...

    INGREDIENTES: (Para 25 bollos más o menos)

    35 g de levadura de panadero
    1 1/4 dl de azúcar
    3 dl de leche
    1 huevo
    120 g de mantequilla
    1 cucharada de café de sal
    1 cucharada de café de cardamomo molido
    750 g de harina

    Relleno:
    100 g de mantequilla
    0,5 dl de azúcar
    2 cucharadas soperas de canela

    Glaseado:
    1 huevo
    2 cucharadas soperas de agua
    azúcar perlado


    PREPARACIÓN

    Desmigar la levadura en un tazón y mezclarla con unas cucharadas de leche. Derretir la mantequilla y verter la leche sobre ella. Agregar el resto de los ingredientes y trabajar la masa durante 10-15 minutos. Cubrir la masa y dejar que suba a temperatura ambiente durante 30 minutos.
    Extender la masa con el rodillo hasta que tenga unos 3 mm de espesor y 30 cm de ancho. Repartir la mantequilla que está a temperatura ambiente sobre la masa. Hacer una mezcla de azúcar y canela y esparcirla también sobre la masa. Enrollar la masa a lo largo y cortar el rollo en unas 25 rodajas. Colocarlas en una bandeja de horno forrada con papel sulfurizado con la superficie de corte hacia arriba. Cubrir con un paño y dejar que suba la masa durante unos 60 minutos, o hasta que los bollos alcancen el doble de su tamaño.
    Batir juntos el huevo y el agua, pintar los bollos cuidadosamente con la mezcla y esparcir azúcar granulado sobre ellos. Cocer en el horno (a 220 º C) durante 7-8 minutos. Dejar que se enfríen sobre una rejilla.

    miércoles, 18 de mayo de 2011

    PAN DE MOLDE




    El pan de molde casero en poco se parece al industrial. La miga tiene una suavidad que se deshace en la boca, por no hablar de un sabor único. Es una de esas recetas que merece la pena llevar a cabo. En casa, desde que lo probamos, no hemos vuelto a comprar pan de molde. Allá va la receta:

    INGREDIENTES:


    200 g de leche
    200 g de agua tibia
    1 cucharada sopera de miel clara (yo utilizo sirope de maíz, pero es difícil de conseguir en España). Su función es que el pan se conserve tierno durante más tiempo.
    25 g de aceite de oliva
    660 g de harina
    3 cucharadas soperas de azúcar moreno
    2 cucharaditas de café de sal
    1 sobre de levadura seca de panadería ó un cubito de levadura fresca (25 g)

    PASO A PASO

    Mezclar en un bol la harina con la levadura, ya sea en polvo o fresca. Hacer un hueco en el centro de la harina e introducir en él el aceite, el agua y la leche. Remover de fuera hacia dentro hasta conseguir una textura homogénea. En ese momento añadir la miel, el azúcar y por último la sal. Amasar aún dentro del bol hasta conseguir ligar bien los ingredientes a la mezcla. Cuando la masa se separe bien de las paredes del bol, espolvorear con harina una superficie de trabajo dura y trabajar la masa durante 5 minutos más.
    Devolverla de nuevo al bol y tapar con un paño de lino humedecido con agua (también es útil el film transparente untado con un poco de aceite de oliva). Dejar reposar la masa al menos una hora, o hasta que doble su volumen en el lugar más calido de la cocina, alejado de corrientes de aire. Cuanto mayor sea la temperatura, antes se producirá la fermentación del pan.
    Pasado ese tiempo, desgasificar la masa apretándola con el puño y doblarla por la mitad sobre sí misma. Introducirla en un molde especial para pan previamente pintado con aceite de oliva ó mantequilla (si no es antiadherente) y ponerle la tapa, si se desea una rebanada de pan de molde cuadrada, o dejarlo sin tapar si se desea que una de  las partes sea redondeada (yo siempre lo hago así). Cubrir de nuevo con el paño de lino o el film transparente y dejar reposar durante otros 45 minutos.
    Poner a calentar el horno a 250 grados.
    Al finalizar el tiempo de levado, la masa habrá superado el borde del molde si éste quedó destapado. Sería el momento ideal para pincelarlo con agua y espolvorearlo si se desea con semillas de sésamo, mijo, lino, amapola... al gusto.
    Introducir la masa en el horno, encima de una bandeja situada en la parte baja (no directamente en el suelo). Bajar la temperatura a 180 grados.
    NO ABRIR EL HORNO DURANTE LOS PRIMEROS 30 MINUTOS ó todo lo que el pan se había hinchado, se deshinchará en un momento por el cambio brusco de temperatura.
    Hornear durante 50 minutos aproximadamente, dependiendo del tipo de horno. Quizás necesite un poco más de tiempo, raro será que necesite menos.
    Trascurrido el tiempo, sacar del horno, desmoldar inmediatamente con muchísimo cuidado de no quemarnos, y dejar enfriar sobre una rejilla, tapado con un paño limpio y seco. No cortar hasta que no se haya enfriado por completo.
    El resultado como digo es espectacular. Tan sólo el olor que inunda la casa durante el horneado ya merece la pena. ¡Que lo disfrutéis!

    Datos personales

    LIBROS DE COCINA UTILIZADOS

    • CLÁSICOS DE LA COCINA SUECA, de Carl Jan Granqvist
    • DELICIOSOS PASTELES. EL MUNDO DE LOS CUPCAKES, de María Gómez Martín
    • HECHO A MANO, de Dan Lepard
    • MAGDALENAS, DE Xavier Barriga
    • PAN EN CASA, DEL HORNO AL CORAZÓN, de Anna Bellsolà
    • PAN, HECHO EN CASA Y CON EL SABOR DE SIEMPRE, de Xavier Barriga
    • PANES, de Richard Bertinet

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